¿Alguna vez te han pedido que respondas consultas gratis sobre tu trabajo o tu profesión? ¿Te han dicho que es una forma de hacer contactos, de darte a conocer, de ayudar a los demás o de demostrar tu generosidad? Si es así, quizás te hayas sentido tentado a aceptar, pensando que no pierdes nada y que puede ser una oportunidad. Sin embargo,u responder consultas gratis tiene un costo, y ese costo es tu tiempo, tu energía y tu valor.
Cuando respondes consultas gratis, estás regalando tu experiencia, tu conocimiento y tu habilidad. Estás diciendo que lo que sabes y lo que haces no tiene un precio, que no merece una recompensa, que no es importante. Estás desvalorizando tu trabajo y tu profesión, y estás abriendo la puerta a que te pidan más favores sin contraprestación.
Además, cuando respondes consultas gratis, estás perdiendo tiempo que podrías dedicar a otras actividades más productivas, como atender a tus clientes pagos, buscar nuevos proyectos, capacitarte, descansar o disfrutar de tu vida personal. Estás gastando energía que podrías invertir en mejorar tu calidad de servicio, en innovar, en crear, en resolver problemas. Estás desperdiciando un recurso limitado y valioso, que no se recupera.
Por eso, no tienes que responder consultas gratis. Tienes que cobrar por tu trabajo, por tu asesoría, por tu opinión. Tienes que ponerle un precio justo a tu experiencia, a tu formación, a tu trayectoria. Tienes que respetar tu trabajo y tu profesión, y hacer que los demás también lo respeten. Tienes que valorar tu tiempo y tu energía, y usarlos de forma inteligente y eficiente.
No se trata de ser egoísta, de no colaborar, de no compartir. Se trata de ser profesional, de defender tu derecho, de reconocer tu mérito. Puedes elegir a quién, cómo, cuándo y por qué ayudar, pero siempre con criterio y con límites. Puedes ofrecer tu trabajo gratis si quieres, pero solo si es una decisión voluntaria y consciente, no una obligación o una presión.
Responder consultas gratis no te beneficia, te perjudica. No te da prestigio, te quita credibilidad. No te genera oportunidades, te cierra puertas. Por eso, la próxima vez que te pidan que respondas consultas gratis, recuerda que tu experiencia vale una remuneración, y que tienes todo el derecho de exigirla.
Emprendé bien 